Codelco y Glencore firmaron un Memorándum de Entendimiento para impulsar el aumento de capacidad de fundición en Chile mediante una nueva planta en la Región de Antofagasta. La iniciativa busca capturar mayor valor agregado en la cadena cuprífera y fortalecer la competitividad del sector. Este proyecto marca un hito para ambas compañías y para el desarrollo de infraestructura estratégica.
El acuerdo establece un marco de trabajo que permitirá elaborar el estudio de prefactibilidad y negociar los convenios definitivos. Glencore fue seleccionada como socio preferente tras un proceso competitivo que confirmó el interés de la industria y el potencial del proyecto.
La nueva fundición considera diseño, financiamiento, construcción y operación con estándares técnicos y ambientales exigentes. La planta proyecta una capacidad de procesamiento cercana a 1,5 millones de toneladas de concentrado por año, lo que ampliará de forma significativa la infraestructura nacional.
Codelco negocia un contrato de suministro de hasta 800 mil toneladas anuales de concentrado por un período inicial de diez años. El convenio podría extenderse por otra década, según las condiciones que definan ambas partes en la siguiente etapa.
Máximo Pacheco, presidente del directorio de Codelco, destacó que el MoU refuerza la estrategia de fortalecer la industria del cobre. Subrayó que una mayor capacidad de fundición mejora la soberanía y la seguridad estratégica de Chile en un mercado global.
Gary Nagle, CEO de Glencore, valoró la confianza depositada en la compañía y señaló que este acuerdo profundiza su presencia en Chile. Recalcó que la localización cercana a otras operaciones mineras generará ventajas logísticas y operativas.
Codelco y Glencore iniciarán la negociación de acuerdos definitivos mientras avanza el estudio de prefactibilidad. Glencore deberá entregar este documento antes del 31 de mayo de 2026. Luego, Codelco evaluará la propuesta y definirá la continuidad del desarrollo.
El cronograma proyecta el inicio de estudios de ingeniería en 2027 y el ingreso al Sistema de Evaluación Ambiental en 2028. La construcción comenzaría en 2030 y la operación entre 2032 y 2033. Con estos pasos, el proyecto se convierte en un eje clave para el aumento de capacidad de fundición en Chile y el fortalecimiento del ecosistema minero nacional.
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