

Una inversión para el futuro
El proyecto contempla una inversión total de US$300 millones. Su implementación incluye la construcción de la planta modular de tratamiento de aguas servidas más grande de Latinoamérica, con una capacidad de 900 litros por segundo. Esta planta estará ubicada en el sector Nudo Uribe de Antofagasta, y su construcción comenzará en 2025 con el desarrollo de la ingeniería de detalles. El uso de aguas residuales provenientes del consumo humano reducirá significativamente la demanda de agua continental y desalada, fortaleciendo la sostenibilidad de la industria minera en una región con alto estrés hídrico. Pablo Carvallo, Gerente General de Compañía Minera Lomas Bayas, expresó que “en Glencore tenemos la convicción de que la reutilización de agua es el camino para una minería sostenible que genera beneficios ambientales, económicos y sociales. Transformamos un recurso que antes se vertía al mar en un insumo valioso”. Carvallo agregó que este modelo contribuye a aliviar el estrés hídrico en Antofagasta, a mejorar la calidad de vida de sus habitantes y a fortalecer el desarrollo sostenible en la región. Por su parte, Álvaro Arroyo, Gerente General de Econssa Chile, valoró la alianza público-privada. “Este es un ejemplo significativo de economía circular que impulsa la sustentabilidad en el norte de Chile y posiciona a la Región de Antofagasta como un polo de innovación en gestión hídrica responsable”.Respuesta al desafío hídrico nacional

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