En Chile, la mediación minera responsable evoluciona desde la resolución de disputas hacia la gestión estratégica de relaciones. Este enfoque anticipa riesgos socioambientales, fortalece acuerdos y asegura continuidad operativa en un entorno exigente. La mediación minera responsable se consolida como un habilitador real de inversión sostenible.

La industria opera bajo estándares ESG, mayores expectativas comunitarias y un escrutinio regulatorio intenso. La lógica reactiva pierde eficacia. Enfoques basados sólo en cumplimiento formal generan demoras, conflictividad y pérdida de legitimidad. La transición hacia modelos colaborativos exige rigor social, técnico y ambiental.
La mediación minera ordena conversaciones complejas, equilibra información y construye acuerdos verificables durante todo el ciclo de vida del proyecto.
Su aplicación temprana genera confianza, facilita entendimientos y reduce riesgos. No se limita a resolver conflictos; crea condiciones para avanzar con una hoja de ruta común.
Chile conoce los efectos de no disponer de plataformas de diálogo. Conflictos ligados al agua, territorios indígenas, litio o relaves escalan hacia tribunales sin mediación técnica. Estas controversias revelan fallas de gobernanza, donde la falta de facilitación impide anticipar impactos.
La mediación temprana permite convergencias antes de la evaluación ambiental y durante la operación o cierre. Su confidencialidad protege conversaciones sensibles y su neutralidad fortalece confianza. Su enfoque colaborativo habilita acuerdos ligados a KPIs, compromisos y auditorías independientes.
El rol de CAMMIN
El Centro de Arbitraje y Mediación Minero (CAMMIN) ofrece metodologías especializadas y facilitadores con experiencia en el sector. Sus procedimientos anticipan riesgos socioambientales y apoyan un proceso minero más social, exigente y estratégico. Los tribunales ambientales no pueden reemplazar esta función.
La mediación no es un mecanismo blando. Es un activo de gestión, un instrumento de compliance y un catalizador de legitimidad. Permite visión de largo plazo, participación clara y un rol estatal responsable. La modernización de la gobernanza ya no admite demoras.
Adoptar la mediación como estándar reduce riesgos y agrega valor directo. Mejora trazabilidad social, aumenta predictibilidad regulatoria, fortalece reputación corporativa y habilita continuidad operacional. La competitividad dependerá de gestionar relaciones con la misma precisión que los recursos.
La invitación es avanzar hacia una minería que cumpla, inspire y dialogue, y que genere valor compartido para Chile y sus territorios.

NOTICIAS RELEVANTES
SEA lanza plan de modernización tecnológica con IA
División El Teniente ejecutó simulacro intersectorial de emergencia